sábado, 11 de abril de 2015



  • . TECNOFILICOS: Son aquellas personas que poseen una adicción a Internet o las nuevas tecnologías. Tiene la necesidad imperiosa de adquirir las últimas novedades tecnológicas que salen al mercado. Tienen la capacidad de estar manejando varios dispositivos tecnológicos a la vez lo que produce dispersión en la atención que puede llegar a provocar trastornos de concentración y memoria. Suele darse en ellas un empobrecimiento palpable del lenguaje tanto escrito como hablado que se traduce en la creación de códigos de palabras sincopadas y jergas particulares. Utilizan la tecnología durante gran parte del día evitando el mantenimiento de relaciones personales. Los jóvenes son los más afectados por este tipo de adicción que se concreta en el uso de la telefonía móvil e Internet para comunicarse con sus amigos o en la pasión por los videojuegos. La adicción por probar lo último en tecnología puede provocar frustración en caso de no conseguirlo derivando este comportamiento en estados de tristeza o ansiedad.
  •  La persona adicta a las tecnologías presenta ciertas características que la revelen como tecnofilica:
  •   Ansiedad al intentar suspender el uso de la PC 
  •  Disminución del tiempo destinado para dormir 
  •  Se alteran los horarios de la comida ( se saltean inclusive) 
  •  Disminución de la comunicación con la familia
  •   Su personalidad cambia por completo
  •   Presenta ciertos rasgos de vulnerabilidad ante su adicción.

  •  TECNOFOBICOS: Son quienes rechazan las tecnologías al considerar que perjudicarán a la sociedad. El tecnofóbico considera que algo malo puede suceder si las utiliza. “No reconoce la necesidad de operarlas, ni de añadirlas a la humanidad, piensa que antes las cosas se concretaron igual y que la tecnología puede esclavizar al hombre” Por su parte además quiere mostrar que es posible otro modo de vivir sin necesidad de que nuestras vidas estén ligadas y sometidas a la tecnología y por esto insiste en llevar una vida sencilla, sin instrumentos tecnológicos.
  • 2. También suelen justificar su forma de actuar y pensar en el hecho de que la dependencia a las tecnologías modernas puede ser perjudicial para el hombre tanto desde el punto de vista emocional como el físico. Las causas principales de la resistencia al cambio con respecto a la tecnología suelen ser época y condición social, por lo que no es raro escuchar en las personas que superan los 50 años "Esas cosas no existían en mi época" o el típico "Ya estoy muy viejo para eso". Cuando la persona tiene estas ideas de por medio, crea un bloqueo involuntario en el cerebro que hace que sea muy dificultoso hacer uso de computadoras, celulares y aparatos tecnológicos; lo que logra que simplemente se abstengan de la tecnología. Sin embargo no todas las personas mayores o con bajo nivel de preparación son renuentes a usar la tecnología. 
  • Existen algunas características o “síntomas”, que podrían resultar muy familiares en este tipo de personas:
  •   Ausencia de tecnología en el lugar donde habita
  •   Extremamente bajo interés por aprender
  •   Poco interés en las novedades tecnológicas
  •   Rehusarse a utilizar celulares 
  •  Pensamientos de que la tecnología no es para sí Si se notan 3 o más de estas tendencias, es probable que dicha persona padezca sea tecnofobica. 
  • ANALFABETOS TECNOLOGICOS: Son los que le temen a la tecnología por desinformación, es decir, se sienten disminuidos al no saber manejarla con destreza. No tienen posibilidad de acercarse. Cualquiera puede ser analfabeto tecnológico, independientemente de su nivel de educación, clase social e incluso poder adquisitivo. El analfabetismo tecnológico no distingue sexo ni edad ni profesión. Pero por lo general se da en personas con escasos recursos. Por su desconocimiento en el manejo de las tecnologías el analfabeto digital resulta marginado por el resto de la sociedad, no logra ingresar a la cultura y ve limitadas sus posibilidades laborales así como la utilización de estos recursos en tramitaciones comunes. El analfabeto tecnológico no es sólo quien desconoce cómo usar una computadora. Hoy este término abarca desde una persona que no saber manejar una cámara fotográfica digital, hasta alguien que ignora la forma de enviar un mensaje multimedia por celular. Se pueden enunciar sus características:
  • 3. 1) Tiene una estrecha relación con un proceso de aprendizaje en particular: el uso de una computadora, por ejemplo.
  •  2) A diferencia del “analfabetismo escolar”, que surge como consecuencia de la falta de recursos económicos y, por lógica, afecta las capas sociales más pobres, el “analfabetismo tecnológico” puede darse en clases sociales diferentes, sin distinción de edades: empresarios, profesionales, empleados, etc. 
  • 3) El “analfabetismo tecnológico” se relaciona directamente con el ámbito laboral, debido a que en todos los órdenes del mercado se implementan recursos tecnológicos de avanzada, principalmente, en el ámbito de la informática. 
  • 4) Las consecuencias de este fenómeno son temporarias: al desaparecer las causas que lo originaron, la persona deja de ser un “analfabeto tecnológico”.
  •  5) Otras de las características, muy relacionada con la anterior, es su retroactividad, es decir, quien no es un “analfabeto tecnológico” hoy, puede serlo mañana. Esto se hace evidente, además, en dos vertientes distintas: + El analfabetismo tecnológico puede permanecer en estado latente durante años, sin causar el mínimo problema, y, de pronto, surgir a la hora de un cambio en el entorno. Este sería el caso sufrido por miles de directivos de nivel medio a la hora de afrontar una renovación tecnológica en sus empresas. De la noche a la mañana, es necesario disponer de una serie de conocimientos que, en algunos casos, escapan a las posibilidades de muchos por motivos diversos. 
  • + La tecnología puede evolucionar más rápido de lo que muchos somos capaces de asimilar, lo que tiene como resultado a medio o largo plazo un desfase cercano al analfabetismo tecnológico
  •  6) Al igual que el “analfabetismo escolar”, el tecnológico posee la característica de ser autoincremental, es decir que el desconocimiento de las funciones más elementales impide que se comprenda las avanzadas.

En esta ocasión veremos la importancia que tiene Umberto Eco como uno de los principales representantes de semiología y uno de los más importantes escritores de Italia. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín, en la cual su tesis presentó el problema estético en santo Tomás de Aquino. Su interés por la filosofía tomista y la cultura medieval se ve muy presente en la obra que ha de titular; El nombre de la rosa, escrita en 1980.
Su pensamiento está marcado fuertemente en sus escritos, allí se puede encontrar y definir dos presupuestos clave, que en la amplia variedad de temas señala:
“en primer lugar, el convencimiento de que todo concepto filosófico, toda expresión artística y toda manifestación cultural, de cualquier tipo que sean, deben situarse en su ámbito histórico; y en segundo lugar, la necesidad de un método de análisis único, basado en la teoría semiótica, que permita interpretar cualquier fenómeno cultural como un acto de comunicación regido por códigos y, por lo tanto, al margen de cualquier interpretación idealista o metafísica”1.
Teniendo en cuenta este planteamiento, podemos señalar que Umberto Eco confronta y reflexiona sobre varios temas de un contexto que poco a poco va modificandose, por ejemplo, él toma desde la producción artística de vanguardia, como se ve reflejado en el escrito Obra abierta (1962), hasta la cultura de masas, como en la obra titulada Apocalípticos e integrados (1964) o bien en la obra El superhombre de masas (1976). Durante los años del auge del estructuralismo, Eco escribió, enfrentándose a una concepción ontológica de la estructura de los fenómenos naturales y culturales; por ejemplo: La estructura ausente (1968), que alcanza su óptima continuación en Lector in fabula (1979). “En esta última obra, efectivamente, se afirma que la comprensión y el análisis de un texto dependen de la cooperación interpretativa entre el autor y el lector, y no de la preparación y de la determinación de unas estructuras subyacentes, fijadas de una vez por todas”.2
En este recorrido que Eco realiza con sus variables y amplios temas, nos sitúa, hacia la segunda mitad del siglo XX, donde las “posiciones encontradas comienzan a debatir respecto a la aparición de multitudes en la vida social, lo cual a partir de las tecnologías de la comunicación, se transformó en un fenómeno evidente y perdurable”.3 La industria cultural, irrumpe en el escenario con novedosas propuestas y es así que surge el concepto de cultura de masas, término ambiguo que pretende incluir los medios de comunicación audivisuales; como lo son la radio, la televisión y el cine. Así como también la gráfica como lo son los diarios y revistas, y por último la industria editorial.
En este contexto, los medios ponen los bienes culturales al alcance de todos, adecuando el contenido muchas veces, al "nivel" del receptor, esto es, haciendo que la asimilación sea más simple e incluso superficial. Este proceso de "adaptación" de los contenidos, se traduce en una extensión del campo cultural. Surge entonces, la necesidad de contextualizar la cultura de masas: es imposible conocerla si se pasa por alto que los medios de comunicación se desarrollan en el momento exacto en que las grandes masas comienzan a ser protagonistas de la vida pública, imponiendo así un lenguaje propio y exigencias particulares. Sin embargo, Eco apuntará que el modo de divertirse, de pensar, de imaginar de las clases populares es inducido por los medios y responde a los modos de pensar de la clase dominante. Y en este sentido, los medios proponen situaciones que no tienen ningna conexión con la realidad de los consumidores. En síntesis, la cultura de masas ofrece expresiones culturales de la burguesía a los sectores populares.
Según la perspectiva de Eco, para la aristocracia, la idea de compartir la cultura de modo tal que pueda llegar y ser apreciada por todos es un contrasentido, por lo tanto, no se trataría de una cultura sino de una "anticultura". Por el contrario, aquellos que aceptan el fenómeno, sostienen que gracias a él es posible acercar a las grandes masas, manifiestaciones artísticas a las que antes estaban marginados. Los aristócratas serán pues, los pesimistas, o los apocalípticos mientras que los optimistas, serán llamados integrados. Veamoslo pues, en sus propias palabras.
Ya especificamente en el libro de Apocalípticos e integrados, podemos definir cada uno de estos términos y con ello descubrir que Eco plantea el problema central de la doble postura ante la cultura de masas: así tenemos la oportunidad de distuinguir que los llamados “apocalípticos” encuentran en la cultura de masas la hipérbole de lo que consideran la “anticultura”, para ellos signo de una decadencia total. Los apocalípticos se resisten a reconocer cualquier nuevo elemento como valioso, ya que esto implicaría un cambio que a la larga puede llegar a la aniquilación total de los patrones culturales ya establecidos. Además de condenar todo aquello que tenga que ver con nueva tecnología y su empleo en el arte, y rechazan la distribución de información en abundantes cantidades. Y por su parte, en un claro contraste, vemos que los “integrados” son aquellos que creen de manera optimista que experimentamos una magnífica generalización del marco cultural, y defienden este fenómeno ciegamente. Están convencidos de las bondades de las nuevas tecnologías, y las difunden como parte fundamental de un futuro más libre y prometedor.
Umberto Eco señala que existen equivocaciones en ambas posturas y propone un enfoque diferente a este conflicto ideológico. Por una parte, los “integrados” tienen un descuido grave cuando sostienen que la producción cultural es buena en sí y por lo tanto no debe ser criticada; por la otra, los “apocalípticos” fallan al considerar la cultura de masas como irrelevante sólo porque es industrial, sin ver las aportaciones valiosas que muchas veces puede generar. No es cuestión de calificar si es saludable o nociva la existencia de la cultura de masas: esto nos volvería forzosamente apocalípticos o integrados. Hay que aceptar que existe, y sería definitivamente más edificante enfocar todos estos esfuerzos en torno a la cultura para lograr acciones que den como fruto verdaderos valores culturales.
¿Por qué superman es un icono? ¿Por qué posee un valor en la cultura? ¿Qué hace que la gente se identifique tanto con este personaje? ¿Qué aportaciones valiosas tiene la música electrónica y las nuevas imégenes? Mediante el análisis de tres ejes fundamentales, como los diferentes “niveles de cultura”, los personajes, y finalmente los sonidos y las imágenes, “Eco da respuesta a estas preguntas y logra hacernos reflexionar sobre fenómenos como el Kitsch4, el lenguaje del comic, el uso práctico de los personajes, la producción mecánica de música culta y los medios audiovisuales como hecho estético, entre muchos otros temas”.5
Bibliografía:
  • Umberto Eco, Apocalipticos e Itegrados, Editorial Lumen, 1° Edición en México D. F., 1995, p. 366.
  • Graciela Paula Cladeiro, Umberto Eco, en: http://comunicacion.idoneos.com/index.php/336369, consultada el 31 de Enero del 2011.
  • Thelma Alcantará, Umberto Eco, en: http://sepiensa.org.mx/contenidos/d_eco/eco.html, consultada el 31 de Enero del 2011.
  • Umberto Eco, http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/eco.htm, consultada el 31 de Enero del 2011.
1Umberto Eco, http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/eco.htm, consultada el 31 de Enero del 2011.
2Umberto Eco, http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/eco.htm, consultada el 31 de Enero del 2011.
3Graciela Paula Cladeiro, Umberto Eco, en: http://comunicacion.idoneos.com/index.php/336369, consultada el 31 de Enero del 2011.
4La palabra kitsch se origina del término alemán yidis etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto.
5Thelma Alcantará, Umberto Eco, en: http://sepiensa.org.mx/contenidos/d_eco/eco.html, consultada el 31 de Enero del 2011.

jueves, 9 de abril de 2015

tecnicas
  
En el último boletín te contábamos la vital importancia que tiene la composición a la hora de conseguir grandes instantáneas. Te decíamos que una buena composición tiene mucho de arte, pero, a pesar de todo, se puede aprender y existen una serie de reglas que nos dan pistas para conseguir buenas composiciones. Por último, te lanzábamos algunas de las más básicas reglas de composición. En el boletín de hoy vamos a profundizar en las reglas de composición para que puedas seguir aprendiendo y mejorando. Prepárate, que empezamos ya.

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Jugar con la regla de los tercios y la expresión de las líneas es un recurso muy potente en fotografía. Pero, ni mucho menos, la cosa acaba ahí. Hay muchas más reglas que pueden ayudarnos a conseguir magníficas composiciones. Toma nota: