lunes, 27 de abril de 2015

Las efemérides no sirven como educación ciudadana

LG: Resulta interesante lo que decías sobre las efemérides, pues en los últimos años se incorporaron algunas conmemoraciones nuevas -como la del 24 de marzoy las escuelas, a partir de eso, comenzaron en muchos casos a trabajarlas de otra manera.
- Todavía nos debemos investigaciones acerca del efecto que ha tenido. Personalmente, soy bastante reacio al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en las escuelas. En principio, tengo una serie de cuestionamientos a la dinámica de las efemérides en la escuela como herramienta de construcción de ciudadanía, algo que tiene que ver con una lógica que Ramos Mejía tomó del modelo japonés, de trabajar sobre las emociones más que sobre la racionalidad o sobre la criticidad, a través de rituales repetitivos y que tomó también de los calendarios litúrgicos religiosos, eso de reconstruir en cada ciclo lectivo el relato mínimo de lo que se quiere preservar. No estoy de acuerdo con ese tipo de educación ciudadana y además, ha generado un problema enorme en la enseñanza de la historia.
LG: Justamente, lo que nos preocupaba es, ¿en qué medida la existencia del acto impacta en la enseñanza de la historia? Porque uno podría pensar que la presencia de actos implicará que la historia se enseñe de determinada manera.
- Como hay un acto tenemos que enseñar algo… Se instaló esa lógica desde los tiempos de la Escuela Nueva. Antes eso no ocurría, sino que había un acto y nada más. En las escuelas en las que trabajo les digo a los docentes: “Por favor, separen la enseñanza de la historia, de los actos”. Y me resulta imposible, por lo menos hasta ahora lo he logrado en muy pocos casos. En general, todos los maestros dan todos los años los mismos contenidos de Ciencias Sociales, que son 24 de marzo, 25 de mayo, 20 de junio, 9 de julio, etc. Los pibes en primer ciclo no entienden mucho de eso, y en segundo ciclo están podridos. Y terminan la primaria y han aprendido poco, y cuando les preguntás a los docentes si estudiaron la formación del Estado, los movimientos políticos del siglo XX, te dicen que no, porque tuvieron poco tiempo, porque estuvieron con los actos…
Por eso, digo que las efemérides son el principal problema que tenemos en la enseñanza de ciencias sociales, sobre todo en la escuela primaria. Son una vía que sobre todo tranquiliza hacia afuera de la escuela, porque hace creer que se está enseñando algo, pero que hacia adentro no es el mejor camino, sino que el mismo está orientado a mitigar fuertemente la presencia de las efemérides para enseñar Historia. Cuando en Matemática hay un contenido que resulta importante, se discute en qué momento del proceso formativo lo van a estudiar. La división por dos cifras se estudia en 5° grado. En cambio, cuando un contenido de Historia se considera relevante, se pretende enseñarlo todos los años un poquito, desde la salita de tres… ¿Qué podrían aprender los chicos de la división por dos cifras si les enseñáramos todos los años un poquito desde la salita de tres? No digo que no haya un acto, puede hablar la directora y un maestro y anticipar que se va a estudiar en tal año. Como esa lógica no está en la escuela, no se termina de enseñar nunca lo que fue el terrorismo de Estado en Argentina y todo lo que le criticábamos a la enseñanza tradicional de la historia -que veíamos las fechas, los personajes y las batallas, pero no veíamos procesos-, nos está ocurriendo ahora con las nuevas conmemoraciones, como la del 24 de marzo.

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